
Existe una gran necesidad de obreros que ministren libertad a los cautivos espirituales porque es un precioso regalo que nuestro salvador Jesús pagó a muy alto precio. Durante mis años como ministro de liberación he conocido personas de todas partes. Algunas me han dicho: — Cuánto quisiera que usted viniera a mi ciudad porque no conozco a nadie que haga lo que usted hace. — Mi respuesta es siempre: — No soy yo que lo hace, es Jesús el que liberta, yo soy solo la vasija que Él utiliza. A todos aquellos que claman a Dios por su libertad espiritual pero no saben cómo, ni dónde comenzar; ofrezco esta obra como una brújula que los guie a salir de cárceles espirituales y a hacer lo mismo por los suyos. Ruego al Espíritu Santo que sea su guía para descubrir las legalidades que el maligno usa para mantener a los hijos de Dios en cautiverio, ruego a nuestro salvador Jesús para que quebrante todo yugo y ruego al Pa...